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Biología sonora de los No!!!

Hace poco descubrimos, gracias al Sótano de Radio3, que ya hubo
un grupo llamado Los No en el 67 por aquí por Madrid. Nosotros,
Los No en el siglo XXI, nacimos en el escenario del festival Aldea-
Rock, en Ávila. De 2007 a 2010 fuimos El último mono, hoy somos
los No y así seguimos. ¿Y qué somos? Pues un grupo que entiende
el blues, el rock, la psicodelia, el spoken word y todas las etiquetas
que quieras poner, a su manera. Somos cuatro madrileños nacidos
entre el 74 y el 87, provenientes de diferentes formaciones y con
diversas influencias musicales, pero armamos un único cuerpo que
ya cumple doce años en su trayectoria. Hemos tocado en múltiples
lugares de cuyos nombres adoramos acordarnos. El cuerpo No se
compone de los siguientes elementos:


Sergio, músico mostoleño deconstruido en el conservatorio,
organista de formación, bajista en los No, es la pasta base y la
solidez del sonido No. Sergio toca todos los palos, percibe todos los
matices, es el que afina al grupo, engrasa el motor de la banda,
pule sus ruedas-alas y luego, feliz de su obra, observa volar el
constructo creado, y lo atisba precipitándose en el abismo. Es el
esqueleto del grupo.


Sousa, percusionista vallecano de familia hispanoportuguesa, es
aquel chaval que hace quince años encontramos vagando entre
bandas de jazz, heavy y blues por los locales de ensayo del centro
juvenil El sitio de mi recreo de Sierra de Guadalupe. Es el corazón
de los No, sin él no hay ensayo, ¿para qué? Sousa late y hace latir
al grupo.

Coque, guitarrista Stratocaster amante de los Cream y de todo
aquello que subyace en el universo Clapton. Creció con el sonido
Zeppelin. Hendrix fluye por sus venas como el whiskey corría por
Jim Morrison. Coque es la sangre de la banda, sus coágulos son
una constante que va y viene. Coque drena, empapa, y su rayo
nunca cesa.


Y por último Pablo, el abajo firmante, guitarra y voz del barrio de
Tetuán. Escritor y letrista de esta terapia llamada No, la palabra del
grupo. Soy quien trata de reconducir su lápiz del sueño a la poesía.
Siguiendo con la metáfora biológica del cuerpo No, yo sería un
pulmón, el otro sois vosotros: el público. Sin vosotros este motor
respira a medio gas.


Cada noche buscamos una experiencia que nos muestre el camino
para abrirnos paso hasta el otro lado, y no dejar de divertirnos
haciendo lo que más nos divierte: música que podríamos acotar
como rock de raíces tan propias como extrañas.